miércoles, 30 de mayo de 2007

La ayuda

Una parte fundamental en la violencia de género son las soluciones. No es fácil, ya que el primer paso es que las víctimas sean capaces de reconocer su situación y denunciarla. Una vez que dan el primer paso, las posibilidades son muchas, pero es muy importante que no se echen atrás y sean capaces de afrontar un largo proceso de readaptación a una nueva vida.

Desde el Gobierno Central y los diferentes Gobiernos Autonómicos, así como desde infinidad de centros de acogida y organizaciones se hace una labor conjunta para construir una plataforma de ayuda a todas las mujeres que quieran acogerse a ella.

Un paso fundamental fue la aprobación de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. El 22 de diciembre el Congreso aprobaba por unanimidad esta ley que constituye una jurisdicción especial y específica contra este tipo de comportamientos y pretende unificar los esfuerzos de todos los agentes implicados en proporcionar ayuda a sus víctimas. Establece que las mujeres deben ser tratadas en todo momentos por especialistas y promueve una educación basada en la igualdad entre niños y niñas, entre hombres y mujeres; contempla también la creación de órganos y mecanismos que se integren dentro del proyecto y otras medidas como la creación de unidades especializadas en prevención de la violencia y la aplicación de programas específicos a maltratadores en prisión.





Pero además de ésta ley, el Gobierno creó el Instituto de la Mujer, un organismo autónomo que depende del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, a través de la Secretaría General de Políticas de Igualdad. Su finalidad es poner en práctica todo lo que sea necesario para una efectiva igualdad de sexos y fomentar la integración de las mujeres en la vida política, social, cultural, económica…Se creó por la Ley 16/1983, de 24 de octubre y sus directrices están recogidas en el “IV Plan para la Igualdad entre Mujeres y Hombres”.

Junto a él, numerosas organizaciones trabajan con el fin común de materializar la igualdad y acabar con la violencia de género. La Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas es un centro de atención, recuperación y reinserción de mujeres maltratadas que se creó en 1975 y ofrece sus servicios a cualquier mujer, de cualquier nacionalidad que ha sufrido violencia en el núcleo familiar. Otros servicios a los que pueden acudir las víctimas son los servicios de atención telefónica, los Servicios Provinciales de las mujeres o la Asociación para la Prevención y Atención de Mujeres Maltratadas (APAMM).

Sin embargo, el mayor problema es que, una vez dado el paso de denunciar, las mujeres, por miedo a su agresor o, quizás, por miedo a lo desconocido de una nueva situación, se echan atrás y nada de lo que se pueda y se quiera hacer desde fuera vale. Es por ello que el Ministerio de Trabajo y el de Justicia están intentando modificar el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para obligar a las víctimas a declarar contra su agresor, a pesar de que mantengan un vínculo familiar. Dicho artículo dispensa de la obligación de declarar a los parientes de hasta segundo grado de consanguinidad de un procesado.




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